Don Juan Manuel heredó de su padre el extenso Señorío de Villena, que se convirtió a partir de 1330 en el primer Principado de Castilla. Después fue Ducado y Marquesado. En el castillo de esta villa estuvo recluida Constanza, hija del rey aragonés Jaime II, con la que don Juan Manuel contrajo nupcias.
Castillo de la Atalaya. Impresionante monumento muy bien conservado. De origen almohade, durante el siglo XIV y XV se acometieron diversas obras. Se reformaron los muros, se levantaron las plantas superiores de la torre del homenaje, construyéndose también el primer lienzo de muralla que circundaba a la antigua villa.
Caminar por el casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural. Sus angostas callejuelas conservan la fisonomía de la vieja urbe árabe junto al esplendor gótico de las iglesias gemelas de Santiago y Santa María. O visitar el Museo Arqueológico José María Soler donde se encuentra el afamado Tesoro de Villena, una verdadera joya de los hallazgos áureos de la Edad del Bronce en toda Europa.
Pasear por la antigua Laguna, hoy desecada, donde don Juan Manuel disfrutaba de la cetrería. En sus proximidades está el Santuario de las Virtudes, un hermoso convento que combina el estilo Gótico y Barroco. Así como el yacimiento arqueológico del Cabezo Redondo, donde se asentó un floreciente poblado entre 1.500 y 1.100 a. de C.
Del 4 al 9 de septiembre, las fiestas de Moros y Cristianos en honor a la Virgen de las Virtudes, declaradas de Interés Turístico Nacional, rememoran la Reconquista con espectaculares actos y embajadas, así como desfiles multitudinarios. A mediados de marzo las Fiestas del Medievo, en honor a San José, engalanan al barrio del Rabal a la vieja usanza con un gran mercadillo medieval e infinidad de eventos que reviven el pasado.
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